​Aquí y Ahora nace de un silencio prolongado y una paz que se volvió eterna. Empecé a escribir esta sabiduría por y para mí, al ritmo que salía de mi interior, como si estuviera siendo empujada hacia mi consciencia. No paré a preguntarme qué significaba nada de aquello, solo me dejé llevar. Sabía que esto era importante. Sabía que eran Verdades que mi mente humana era completa y absolutamente incapaz de entender, pero que cada palabra que escribía era una Verdad profunda. Sabía que lo que estaba exteriorizando era importante para el mundo, pues la verdad siempre despierta a la verdad, y aunque los seres humanos sean incapaces de entender este libro, el Alma que reside en cada uno de nosotros y que nos une comprenderá cada una de las palabras que incluye Aquí y Ahora. Escribiendo este libro abstracto vislumbré con claridad la más grande y pura de todas las Verdades que residían en mi interior: Aquí y Ahora. Esa es la Verdad. Eso es lo que somos. El no-tiempo. Un presente sostenido en la efímera eternidad. Ni yo misma entiendo lo que he escrito, ni siquiera sé muy bien si este libro tiene sentido, pero cada vez que lo releo mi Alma brilla como la luna más llena en el cielo, y puedo sentir cómo una estrella fugaz atraviesa las gruesas paredes de mi ego y me invita a ver más allá. Por eso para mí este libro es esencial. Es un portal hacia el Todo, hacia el Origen, hacia lo que verdaderamente somos: parte del Todo, nada en particular. Es un portal hacia el Aquí y Ahora. Y mi corazón sabe que el mundo está preparado para volver a casa.